Cuando dejas de usar un auto, no puede parecer lógico que este pueda presentar fallas. La verdad, es que es justo lo contrario.
Tu auto cuando este estacionado y sin un uso regular por varios meses presentará los siguientes detalles mecánicos:
Frenos: Esta es la parte más importante, pues es la que más se pude llegar a deteriorar. Muchas personas ignoran que el líquido de frenos se debe cambiar cada dos años, sin importar si está en uso o no. El principal motivo es que el líquido de frenos está compuesto por un éter, el cual es hidrófilo (que absorbe el agua), y este absorbe la humedad que hay en la atmósfera y poco a poco se hidrata, y la presencia de agua en el circuito de los frenos puede ocasionar dos cosas:
1) Que el sistema de frenos se oxide.
2) El agua en el líquido de frenos, reduce la temperatura de ebullición del último, provocando burbujas que se comprimen y alargan el recorrido del pedal, haciendo que este deje de frenar, esto se le conoce como “fading del líquido de frenos”.
Llantas: El peso del vehículo sin uso puede llegar a deformar, se puede evitar esto inflando las llantas por arriba del nivel recomendado o dejar el auto sobre apoyos especiales.
Fugas de aceite: Los empaques, gomas, juntas y retenes del motor necesitan mantenerse en contacto constante con el aceite, lubricándose para que el motor se encuentre en buen estado. Cuando el auto se encuentra sin uso, estas piezas los empaques se empiezan a secar, como consecuencia se agrietan y su tamaño se reduce. Todo lo anterior provoca fugas internas que se pueden notar en la forma de humo de color azul saliendo por el escape, esto requiere atención mecánica urgente.
Motor: Usando la lógica se puede aseverar que el motor si no se le pone marcha, este no se desgasta, esto último no es verdad. Los motores necesitan lubricación y estos se lubrican durante el funcionamiento, por salpicado o por presión de aceite. Si se dejan de lubricar puede ocasionar óxido en los cilindros, anillos y pistones, también produce agarrotamiento de las piezas.
Circuito de refrigeración: En los motores refrigerados por líquido refrigerante (valga la redundancia), la inactividad puede ocasionar averías y un desgaste en las mangueras. La bomba se puede oxidar, el termostato puede pegarse y el radiador obstruirse.
Ahora ya sabes, tener tu auto inactivo es muchísimo peor de lo que muchos imaginamos. Si sales de viaje o algo por el estilo y no llevas tu auto, mejor pídele a alguien de confianza que corra tu vehículo.